Nadie sabe mejor que un jefe que todos se equivocan. Pero no todas las personas reaccionan igual. Cuando cometes un error, tu jefe no te quitará el ojo de encima y se hará las siguientes preguntas:
¿Estoy lidiando con alguien que:
1. aprende rápido de sus errores o los repite una y otra vez?
2. dice la verdad o arma un lío para desviar la atención?
3. acepta sinceramente su responsabilidad o solo me dice lo que yo quiero escuchar?
4. realmente me escucha y me entiende?
Tu jefe considerará el costo de tus errores como parte de lo que ha invertido en ti. Es el precio de hacer negocios. Cuando te equivocas es tu deber convencer a tu supervisor que su inversión dará buenos resultados. Puedes lograr esto si haces lo siguiente:
1. reporta tus errores cuanto antes para que tu jefe no se entere por otras personas
2. pide disculpas sin echarle la culpa a los demás ni ponerte a la defensiva
3. haz lo que puedas para corregir tu error y no te tardes
4. demuestra que has reflexionado en torno a por qué te equivocaste
5. resume los hechos y repite el mensaje que tu jefe te ha dado, por ejemplo: “Yo entiendo que este error ha salido caro en un momento en que la empresa…” y luego
6. comprométete a no volver a equivocarte de esa manera y explica cómo lo evitarás.
Aceptar toda la responsabilidad de un error, repararlo y evitar repetirlo es extremadamente difícil. Quizás es una de las cosas más difíciles en la vida. Y esa es una de las pocas ventajas que tienes en este caso — tu jefe sabe lo complicado que es. Así es que haz las cosas bien para que demuestres de qué estás hecho. ¡Si tienes suerte, tal vez salgas ganando!
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